Época: Alemania
Inicio: Año 1700
Fin: Año 1750

Antecedente:
Los monasterios de la Alemania meridional

(C) José María Prados



Comentario

Los arquitectos bávaros más representativos en la arquitectura religiosa son los hermanos Asam, J. M. Fischer y D. Zimmermann.Cosmas Damian (1686-1739) y Egid Quirin (1692-1750) Asam eran hijos de un pintor de temas religiosos, que siguiendo la tradición medieval se había casado con la hija de su maestro Nikolaus Prugger, pintor de la Corte de Baviera. La primera formación de ambos hermanos fue junto a su padre, hasta que el abad de Tegernsee, para quien aquel había ejecutado las pinturas del coro de la iglesia, les envió a Roma a su costa. Durante su estancia, de 1712 a 1714, tuvieron ocasión de admirar las grandes composiciones de Giovanni Battista Gaulli, il Baciccia y del Padre Andrea Pozzo, así como impregnarse del arte de Bernini. A su vuelta, Cosmas se dedicó fundamentalmente a la pintura y Egid a la escultura y el estuco, trabajando muy a menudo asociados para un gran número de iglesias y monasterios no sólo de Baviera. Sin embargo, también se dedicaron, aunque ocasionalmente, a la arquitectura.A los dos años de su regreso, Cosmas Damian fue encargado de la construcción de la iglesia del monasterio de Weltenburg, cuyo abad conocía bien a la familia Asam ya que provenía de Tegernsee. La lección romana de Bernini ha sido diligentemente aprendida. Planta elíptica, como en San Andrés en el Quirinal, columnas salomónicas, como el baldaquino de San Pedro y muy especialmente la utilización de focos ocultos de luz. En el altar mayor la escultura de San Jorge de su hermano se ilumina teatralmente desde lo alto, y en el tambor de la bóveda, hábilmente ocultos, se abren unos óculos que hacen que resplandezca triunfalmente la Coronación de la Virgen pintada por Cosmas, frente a la penumbra de la zona baja.Por las mismas fechas Egid recibía el encargo de la nueva iglesia de los agustinos de Rohr. En este caso el hermano pequeño se limitó a proyectar una iglesia bastante tradicional con Wandpfeiler, pero nuevamente la apoteosis teatral se produce en la cabecera de la iglesia. En el impresionante altar mayor, verdadero escenario, con varios focos ocultos de luz, se interpreta la Asunción de la Virgen.El éxito sonrió a esta pareja de artistas, hasta el punto de que Igid Quirin pudo construirse un palacio en Munich y al lado una verdadera capilla palatina con dos pisos. Es ésta la iglesia de San Juan Nepomuceno, cuyo culto ya popular durante el siglo XVII, se acrecentó con ocasión de su canonización el año 1729. Cosmas reproduce en la bóveda su martirio, mientras que Egid cuelga en el vacío, encima del altar, un inmenso crucifijo sostenido por Dios Padre. El espacio interior, estrecho y alto, se convierte en algo dinámico gracias al balcón que recorre el segundo piso, cuyos ondulados perfiles se repiten, aunque en distinta forma, en la cornisa superior e, incluso, en las arquitecturas pintadas en el techo.Mientras que las fuentes en donde bebieron los Asam no cabe duda que eran italianas, Johann Michael Fischer (1692-1766) refleja el influjo bohemio. Educado por su padre, que era maestro de obras en el municipio de Burglengenfeld, marchó a Bohemia y a Moravia en donde conoció la obra de los Dientzenhofer. Ya en Baviera se convirtió en uno de los arquitectos alemanes más prolíficos de la época. En el monumento a él dedicado de la Frauenkirche de Munich se recuerda que construyó 32 iglesias, 23 monasterios y muchos palacios. En muchas ocasiones no se trata de obras enteramente suyas, sino que es llamado para terminar un edificio ya iniciado, para solucionar los problemas que había dejado el anterior o hacer un trabajo de restauración. Esto supone una cierta falta de homogeneidad en toda su producción.Las primeras iglesias enteramente proyectadas por él son de mediados de los años veinte. En general se advierte la deuda respecto de los Dientzenhofer en cuanto a las soluciones espaciales, aunque siempre sometidas a un principio de simplificación. Puede verse, por ejemplo, en Osterhofen, Santa Ana-am-Lehel en Munich o en los agustinos de Diessen. La iglesia franciscana de Santa María en Ingolstadtt desarrolla un tema que será constante en muchas de sus iglesias, la planta octogonal con lados desiguales. Tal vez su obra maestra sea la iglesia de la abadía benedictina de Rottam-Inn (1759-1766) en donde nuevamente coloca un octógono formado por pilares en el centro de un edificio longitudinal. El menor dinamismo de la construcción se compensa por un espacio más ligero y más transparente.Algunas veces recoge Fischer el tradicional modelo del Vorarlberg pero en una reinterpretación rococó, como ocurre en la iglesia abacial de Zwiefalten. Otras interviene en obras cuyo esquema general ya estaba dado por lo que su libertad de actuación queda muy limitada. Este es el caso del monumental conjunto monástico de Ottobeuren, cuya iglesia intenta conciliar la grandeza imperial con el espíritu rococó.Los problemas que se plantea Fischer siempre se encaminan a dar la mejor solución para la disposición interna de la iglesia, mientras que el organismo exteíno no le preocupa, por lo que sus fachadas suelen ser bastante simples y poco originales.El otro grande de la arquitectura bávara fue Dominikus Zimmermann (1685-1766). Nació en Wessobrunn, pueblo de la alta Baviera famoso por sus estuquistas. Johann Schmutzer le enseñó la profesión a él y a su hermano Johann Baptist, mientras que los conocimientos de arquitectura los aprendió en contacto con los maestros del Vorarlberg.Comenzó en compañía de su hermano como estuquista, decorando las iglesias de otros, pero, a partir de 1716 en que se trasladó a Landsberg-am-Lech en Suabia, trabajó también como arquitecto. Sus dos obras maestras no son monasterios sino iglesias de peregrinación.En la iglesia de Steinhausen, construida en Suabia para la abadía imperial de los premostratenses de Schussenried (1728-1735), da una interpretación original a ideas anteriores en cuanto al problema de unificación de la planta central y la planta longitudinal. La solución que propone es una síntesis de una iglesia de salón gótica (Hallenkirche) con una planta elíptica centralizada y el resultado es una nave ovalada rodeada de arquerías y circundada por un deambulatorio. Este era habitual en una iglesia de peregrinación para facilitar las procesiones, pero es tan estrecho que casi se convierte en algo inútil y sólo sirve como elemento de composición espacial. El interior de la iglesia da la sensación de un pabellón sobre altos pilares rodeado de un muro delgado abierto con ventanas que dejan entrar la luz a raudales.Para la decoración contó con la ayuda de su hermano Johann Baptist, autor también del fresco de la bóveda. En los palacios muniqueses se prefería el estuco dorado o plateado sobre fondo blanco, al estilo francés, mientras que aquí se utiliza un azul pálido y rojo para los capiteles y el resto blanco y amarillo sobre fondos verdes, azules, amarillos y blancos, resaltando en oro sólo los puntos más sobresalientes.Años después, pero ahora en Baviera, eleva Zimmermann una de las hoy todavía más famosas iglesias de peregrinación alemanas, la iglesia de Wies (1745-54), repitiendo, aunque de una forma más elaborada, el anterior esquema. El presbiterio se alarga destacándose del óvalo y en el extremo se coloca la torre que a su vez enlaza con el pequeño convento. La bóveda que a modo de pabellón apoyaba en pilares en Steinhausen, ahora lo hace en columnas pareadas que aligeran aún más la estructura. La sensación general de que hasta los elementos constructivos parecen exclusivamente ornamentales en buena parte se consigue gracias a la utilización de la madera en la construcción. También para la decoración colaboró su hermano.La iglesia de peregrinación de Wies es el ejemplo más peculiar del rococó en la arquitectura religiosa alemana, como el pabellón del Amalienburg, asimismo con estucos de Johann Baptist Zimmermann, lo era de la arquitectura civil.